Serie Transparencia Organizacional – Parte 8
Partamos del concepto de estándar:
Estándar es un proceso, protocolo o técnica utilizada para hacer algo concreto.
Estándar puede ser conceptualizado como la definición clara de un modelo, criterio, regla de medida o de los requisitos mínimos aceptables para la operación de procesos específicos, con el fin de asegurar su calidad. 1
Los estándares propenden por el establecimiento de un orden, el mismo que facilita el desarrollo de actividades en sociedad, en conjunción. Trabajo en unión que debe eliminar los espacios donde aparezca la subjetividad, ya que las labores cotidianas de una organización no pueden depender del estado anímico de las personas que las ejecutan, ni de la empatía que les genere cada cliente, ni de la propia iniciativa de cada uno de los colaboradores.
Los estándares de actuación permiten garantizar que las labores cotidianas se ejecutan de una manera que permite el logro del resultado que se busca y demostrar que se es competente en dichas tareas. En coherencia con esa afirmación, establecer estándares de actuación permitirá que las organizaciones transiten por el sendero hacia la transparencia.
Iniciar la búsqueda de la Transparencia desde el establecimiento de estándares, nos ofrece algunas recompensas adicionales:
Como se afirmó en la parte 6 de esta serie, ‘Podríamos hablar de la transparencia como una decisión personal e intransferible’, por ello invitamos a los directivos de todas las organizaciones a promover el establecimiento de estándares de actuación, ya que ellos permiten materializar su intencionalidad y facilitan el evidenciar con claridad qué conductas son buenas y cuáles no. De la misma manera podemos afirmar que, la ausencia de estándares permite inferir que los directivos no son totalmente transparentes.
Podemos crear un mecanismo para acercarnos a la medición del nivel de transparencia de una organización, a partir de medir el porcentaje de actividades estandarizadas y de medir el cumplimiento de tales estándares. Con estos datos se puede llevar a cabo un proceso de evaluación organizado y supervisar si estamos actuando transparentemente. De este modo es posible tomar las medidas necesarias de acuerdo con lo deseado.
La organización que establece estándares mejora su capacidad de reacción a las necesidades surgidas de las propias realidades de sus clientes, puesto que los estándares empoderan la gestión de todos los empleados.
Mediante los estándares podemos responder adecuadamente a los requerimientos planteados por el gobierno, tales como las exigencias para ser Operadores Económicos Autorizados OEA, las condiciones para participar en licitaciones públicas, o los requisitos de acreditación para universidades y para hospitales.
En conclusión, los invitamos a proponer estándares, especialmente en aquellas actividades que tengan asociado riesgo de corrupción, y a cumplirlos rigurosamente, como el primer paso hacia la transparencia. Entendemos que no es una tarea sencilla, y menos en un país que patrocina la cultura del “vivo”, aquella del avispado que no hace filas, no respeta las reglas y tiene mil artilugios para burlar cualquier norma social o legal, pero debemos emprenderla.
1. www.dgplades.salud.gob.mx
Redacción BASC Antioquia