Los últimos 15 días de julio pasado Jairo Chaverra* anduvo las calles de Cartagena con tres escoltas, seis pistolas al cinto y una sentencia sobre su espalda: o pagaba a “sus socios” los 820 kilos de cocaína que le incautó la Policía, o su esposa lo iría a visitar a cualquier cementerio de la costa colombiana.
Por: ElColombiano.com
